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Nuestros ojos son un órgano vital que, a lo largo del tiempo, está expuesto a múltiples factores que pueden afectar su salud: la luz azul de pantallas, la radiación ultravioleta, la contaminación, el envejecimiento y el estrés oxidativo, entre otros.
Para cuidar la visión y prevenir enfermedades oculares como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE), las cataratas o la fatiga visual, resulta fundamental mantener una alimentación equilibrada y rica en nutrientes específicos. En este artículo, abordaremos las vitaminas y micronutrientes ideales para proteger los ojos, explicando sus beneficios, fuentes naturales y recomendaciones generales de ingesta.
Funciones principales
Contribuye a la formación de rodopsina, la proteína presente en los bastones de la retina que permite la adaptación a la visión nocturna.
Mantiene la integridad de la superficie ocular (córnea y conjuntiva), favoreciendo la producción de células epiteliales que protegen el ojo de infecciones.
Fuentes alimenticias
Hortalizas de color naranja y amarillo: zanahoria, calabaza, boniato y pimiento amarillo.
Vegetales de hojas verdes: espinaca, acelga y brócoli, que aportan betacarotenos (provitamina A).
Hígado (especialmente de res o pollo), uno de los alimentos con mayor concentración de retinol.
Lácteos enteros: mantequilla, huevos (especialmente la yema) y quesos, que contienen retinol preformado.
Recomendaciones generales
La ingesta diaria recomendada de vitamina A para adultos oscila entre 700 µg (microgramos) de retinol equivalente (RE) en mujeres y 900 µg RE en hombres.
Una porción de zanahoria cruda (aprox. 100 g) aporta alrededor de 835 µg RE, cubriendo más del 90 % de la necesidad diaria de un adulto.
En personas con deficiencias (por ejemplo, fumadores o adultos mayores), puede considerarse un suplemento de vitamina A bajo supervisión profesional para evitar carencias que lleven a xeroftalmia o disminución de la agudeza visual nocturna.
Funciones principales
Actúa como antioxidante, neutralizando radicales libres generados por la exposición solar y la polución, lo cual protege las células de la retina y el cristalino.
Participa en la síntesis de colágeno, componente esencial en la córnea y los vasos sanguíneos del ojo.
Puede reducir el riesgo y retrasar la progresión de cataratas.
Fuentes alimenticias
Frutas cítricas: naranja, toronja, limón y mandarina.
Bayas: fresa, frambuesa, moras y arándanos.
Vegetales crucíferos: brócoli, coles de Bruselas y coliflor.
Pimientos rojos y verdes: muy ricos en vitamina C, incluso más que algunas frutas.
Recomendaciones generales
La ingesta diaria recomendada (IDR) de vitamina C para adultos es de 75 mg en mujeres y 90 mg en hombres; en fumadores se sugiere añadir +35 mg/día.
Consumir un vaso de jugo de naranja (200 ml) aporta aproximadamente 90 mg de vitamina C, cubriendo las necesidades diarias.
Para quienes trabajan muchas horas frente a pantallas o viven en zonas de alta contaminación, un refuerzo a través de fruta fresca y verduras crudas es crucial para prevenir el estrés oxidativo.
Funciones principales
Actúa como un poderoso antioxidante liposoluble que protege las membranas celulares de las células oculares, especialmente las del cristalino y la retina.
Contribuye a retrasar la progresión de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).
Fuentes alimenticias
Aceites vegetales: aceite de germen de trigo, aceite de girasol y aceite de oliva extra virgen.
Frutos secos y semillas: almendras, avellanas, pistachos y semillas de girasol.
Vegetales de hoja verde: espinacas, acelgas y col rizada.
Pescados grasos: aunque en menor proporción, el salmón y la caballa aportan vitamina E junto con omega-3.
Recomendaciones generales
La IDR de vitamina E para adultos es de 15 mg (22,4 UI) diarios.
Un puñado (30 g) de almendras contiene alrededor de 7 mg de vitamina E, casi el 50 % de la dosis diaria recomendada.
En dietas muy bajas en grasas o en personas con malabsorción de lípidos (por ejemplo, enfermedad celíaca no controlada), podría ser necesario valorar un suplemento de alfa-tocoferol, siempre bajo supervisión médica.
Funciones principales
Interviene en la conversión de vitamina A en su forma activa en la retina.
Forma parte de enzimas antioxidantes que mitigan el daño por radicales libres.
Contribuye al mantenimiento de la pigmentación de la mácula y, por ende, a la agudeza visual.
Fuentes alimenticias
Mariscos: principalmente ostras, almejas y cangrejo, con alta biodisponibilidad de zinc.
Carnes rojas magras: carne de res, cordero y cerdo.
Legumbres: garbanzos, lentejas y frijoles negros (aunque contienen fitatos que reducen la absorción, se mejora al remojarlas).
Cereales integrales y semillas: pipas de calabaza, semillas de sésamo y avena integral.
Recomendaciones generales
La ingesta recomendada de zinc para adultos es de 11 mg diarios en hombres y 8 mg diarios en mujeres.
Tres ostras medianas aportan aproximadamente 74 mg de zinc (mucho más de la dosis diaria), por lo que no es necesario consumir cantidades excesivas; basta una ración moderada de mariscos 1–2 veces por semana.
En personas veganas o vegetarianas, es importante combinar legumbres con cereales integrales y semillas para optimizar la absorción de zinc.
Funciones principales
Se concentran en la mácula lutea (región central de la retina) y filtran la luz azul nociva, protegiendo las células de la retina del estrés oxidativo.
Contribuyen a mejorar el contraste visual y la agudeza, especialmente en condiciones de alta luminosidad o al amanecer/atardecer.
Estudios sugieren que una mayor ingesta está relacionada con un menor riesgo de DMAE.
Fuentes alimenticias
Vegetales de hoja verde oscuro: espinacas, col rizada (kale), acelgas y brócoli.
Pimientos amarillos y naranjas: fuente destacada de zeaxantina.
Maíz y guisantes: aportan cantidades moderadas de luteína.
Yema de huevo: aunque en menor proporción, la lutetina de la yema se absorbe con mayor eficiencia gracias a su matriz lipídica.
Recomendaciones generales
No existe una IDR oficial para luteína y zeaxantina, pero se recomienda una ingesta combinada de 6–10 mg al día (por ejemplo, 5 mg de luteína + 1 mg de zeaxantina).
Una taza (aprox. 30 g) de espinaca cocida contiene alrededor de 12 mg de luteína y zeaxantina en conjunto, superando la dosis diaria recomendada.
Si la ingesta a través de la dieta es insuficiente (por ejemplo, en personas que comen pocas verduras), se pueden considerar suplementos que combinen luteína, zeaxantina y otros antioxidantes (vitamina C, E y zinc) en formulaciones específicas para la salud ocular.
Funciones principales
El ácido docosahexaenoico (DHA) es fundamental para la membrana de los fotorreceptores de la retina, favoreciendo la función visual.
Los omega-3, en general, tienen propiedades antiinflamatorias que benefician el ojo seco, la inflamación ocular y pueden retrasar la progresión de enfermedades degenerativas.
Participan en la lubricación del ojo, al incidir en la película lagrimal y reducir los síntomas de fatiga visual.
Fuentes alimenticias
Pescados grasos de agua fría: salmón, atún, sardinas, caballa y arenque, ricos en DHA y EPA.
Semillas de lino y chía: aportan ácido alfa-linolénico (ALA), un precursor de DHA; aunque la conversión en el organismo es limitada (aprox. 5 % a DHA).
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