Colombia se ha logrado posicionar como el tercer productor de café a nivel mundial y gracias a las características de estos granos, su exquisitez hace que el producto colombiano sea muy apetecido.
Sin embargo, como en toda industria, existe un proceso de transformación de la materia prima que genera desechos y en este caso, serían las cáscaras de los granos de café. Con el objetivo de hacer productivo este desperdicio, nació Woodpecker, una startup que fabrica materiales de construcción con cascadas de café y plástico. (De reciclador a diseñador del primer auto solar de Colombia)
La empresa que nació hace 10 años tiene como meta llevar viviendas dignas a lugares apartados del país por lo que probó diferentes fibras naturales para sus productos incluyendo cascarilla de arroz, heno, aserrín, fibra de palma, fibra coco, pero se decidieron por el cisco de café, la cascarilla sobrante, por ser la más fuerte, de buen tamaño y seca en comparación con las otras fibras.
“Al comienzo de la empresa, hace 10 años, vimos que había una enorme necesidad de un sistema de construcción ligero para viviendas y aulas en lugares rurales y aislados donde los sistemas de construcción tradicionales no pueden llegar como ladrillos, cemento y hormigón”, comentó Alejandro Franco, CEO de Woodpecker a El Mundo.
La madera sostenible elaborada con cáscaras de café y plástico es fuerte, duradera, no combustible, requiere de un bajo mantenimiento, no se astilla, es resistente a las termitas e insectos y es respetuoso con el medio ambiente.
Los materiales de la compañía pueden transportarse en pequeñas embarcaciones, helicópteros o incluso a lomos de un burro. Esto es esencial en zonas rurales donde los materiales tradicionales como el cemento y el ladrillo son difíciles de suministrar. (Colombiana crea máquina que convierte la humedad de la atmósfera en agua pura)
Debido a que su construcción es sencilla y que puede llevar solo semanas, este emprendimiento ofrece kits para que los clientes puedan ensamblar ellos mismos su vivienda, además, la empresa también se puede encargar de su construcción.
Los kits vienen completos para armar y están compuestos de materiales fuertes como WPC en muros y pisos, aluminio para las ventanas, PVC para la cubierta y acero para las puertas. (En Colombia construirán el primer vivero de plantas y alimentos para el oso andino)
Al ser ecológicos, económicos y fáciles de transportar, estas placas pueden llegar a lugares apartados del país por lo que Woodpecker ha trabajado junto al Gobierno y ONGs que adquieren este material para la construcción de proyectos sociales, contribuyendo así al problema de un techo digno en Colombia.
Además, otro de los aportes que logra hacer este emprendimiento colombiano es la generación de empleo. Esto gracias a que no es necesaria una mano de obra especializada para cada construcción y cuando una gran compañía adquiere los productos, puede ofrecer empleo a más colombianos y en especial, en las zonas rurales.
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