Imagen: Instagram @colparalimpico
Nelson Crispín Corzo es un nadador santandereano que con tan solo 29 años de edad es considerado, por el Comité Paralímpico Colombiano, no solo uno de los mejores nadadores del país, sino además del mundo y en los Juegos Paralímpicos de Tokio logró demostrarlo con creces.
El colombiano logró llevarse la presea de oro en la prueba de paranatación de los 200 metros combinados SM6, competencia en la que además instauró un nuevo récord mundial con un tiempo de 2 minutos y 38 segundos, marca mundial en la categoría, especializada en personas de talla baja. (Los deportistas que representarán a Colombia en los Paralímpicos de Tokio)
Nelson mide 1,35 metros y sufre de acondroplasia, una enfermedad que afecta el crecimiento óseo de los cartílagos y que no le ha impedido convertirse en uno de los mejores nadadores del mundo. La medalla de plata en la competencia que ganó Crispín fue alcanzada por Andrei Granichka del Comité Paralímpico Ruso. El bronce lo obtuvo Hongguang Jia de China.
Enfrentarse a una discapacidad no es algo sencillo y menos para un niño de 12 años, momento en el que Nelson Crispín fue diagnosticado con acondroplasia, un padecimiento que frenó su crecimiento. El cuerpo médico que atendió su caso, le daba dos opciones de tratamiento, hormonas que generarían otras afectaciones de salud y una cirugía de alargamiento.
Ninguna de estas opciones eran viables para él, por lo que un médico le recomendó empezar a practicar algún deporte. Aunque inició en baloncesto, la natación llegó por casualidad. (Falcao García, el capitán y líder está de regreso con la Selección Colombia)
El pequeño acompañó a su hermano a los entrenamientos y el profesor William David Jiménez al percatarse de su discapacidad lo invitó a entrenar y le dio un cambio total a su vida.
Nelson Crispín le tenía miedo al agua y no sabía nadar, sin embargo, inició su práctica en este deporte de forma intermitente hasta que logró adquirir la disciplina que hoy lo llevó a convertirse en uno de los mejores nadadores del mundo.
“Yo no sabía nadar, empecé a perderle el miedo al agua y con todas las técnicas que me enseñó el profesor, empecé a perfeccionar todos los estilos y a concentrarme más en la parte del entrenamiento”, cuenta Crispín a la página del Comité Olímpico Colombiano.
Desde el primer momento que estuvo en la piscina hasta su consagración en Tokio 2020, su trayectoria incluye: los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara con un oro y dos bronces; el Campeonato Mundial de Montreal en el 2013; una participación destacada en los Juegos Parasuramericanos de Santiago 2014.
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