Las limitaciones económicas que ha dejado la llegada del coronavirus al país representan nuevos desafíos en especial, para los campesinos quienes como base de su economía cultivan y comercializan los productos que son distribuidos a lo largo y ancho del país.
Con el objetivo de evitar un estancamiento de la economía local, en el municipio de Jenesano, Boyacá, los pobladores se la están ingeniando para dinamizar su economía de una forma más austera y al mismo tiempo, promoviendo un cuidado del medio ambiente.
“El empuje de nuestra gente y sus ganas de ayudar al municipio nos han permitido realizar intercambios de peras por abono orgánico, con la Gobernación de Cundinamarca; también peras a cambio de carbón, con otros municipios de la provincia; y, ahora, peras por concentrado para perro, para poder alimentar a las mascotas de las fincas y a los animales que se encuentran en la calle”, aseguró Nubia Jacqueline Caro, alcaldesa de Jenesano.
El trueque es una forma antigua de comercio que, dicen, tiene su origen entre el mundo persa y el mundo árabe. Esta estrategia de mercado también la utilizaron los Muiscas en Colombia cuando se reunían en las plazas en esa época las llamaban Ipsa y allí lograban intercambiar productos. Ahora, está es una de las formas más efectivas de impulsar la economía en tiempo de pandemia. (Deforestación se redujo notablemente en Colombia en 2020 ¡La estrategia funciona!)
El ejercicio adelantado en Jenesano, es una muestra de que sí es posible trabajar de la mano y exaltar el trabajo del campo. Además, permite desarrollar estrategias para mejorar la calidad de vida y unir esfuerzos para aliviar dificultades y generar beneficio económico.
La Fundación Mujeres de Éxito se encarga de la organización logística de los trueques locales, intermunicipales e interdepartamentales, además de ponerle la cuota medioambiental a la causa. Los campesinos intercambian productos como frutas y hortalizas por elementos de primera necesidad.
“Somos veedores de los trueques, pero también les compramos la fruta a los productores para llevarla a zonas donde no se produzcan. Por ejemplo, de Jenesano nos llevamos peras hacia Miraflores. Y, de esta zona, les llevamos a los jenesanenses el equivalente en panela. La idea es generar redes de apoyo para que no haya lugares desabastecidos”, aseguró Martha Guerrero, asesora logística de la fundación a El Espectador.
El canje de productos agrícolas por abono producido a partir de plantas, animales u hongos se dio en el municipio Nuevo Colón, Boyacá. En total, participaron 250 productores de Jenesano y Nuevo Colón, municipios que intercambiaron alrededor de 1.100 canastillas con fruta como manzanas, peras y feijoas. (Material reciclable por panela de campesinos, iniciativa de Servientrega y la Fundación Mujeres de Éxito)
Por su parte, la Gobernación de Cundinamarca entregó al departamento vecino, 2.200 bultos de fertilizantes orgánicos, que son de amplio beneficio para los campesinos.
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