Imagen: Instagram @nereamontanes
La palma de cera es una majestuosa planta que puede alcanzar 70 metros de altura y tardar en crecer entre 50 y 80 años, por eso, pueden llegar a vivir hasta dos siglos. Aunque este es al árbol nacional, durante años estuvo amenazado por su tala por lo que el Gobierno tomó medidas para protegerla.
La palma de cera del Quindío es la única planta del país que está expresamente protegida a nivel individual por la Ley 61 de 1985. Aunque la ley contempla la creación de parques nacionales o santuarios para su protección, aún no se ha logrado avanzar en este tema.
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Aunque el Valle del Cocora es el parque más reconocido y santuario de estas palmas, al otro lado de esas montañas, a solo diez kilómetros al sur, en el departamento del Tolima, se encuentra la cuenca del río Tochecito, un lugar en el que habitan miles de palmas de cera.
Este destino era desconocido debido a la violencia que vivió el país pero ambientalistas y líderes medio ambientales esperan que al igual que en el Quindío, estas palmas tengan protección.
La preservación de las 4.500 hectáreas de palmares que hay en esta región podría preservarse mediante la creación de un santuario nacional, que ofrecería una oportunidad única de conservar el patrimonio natural e histórico. Sin embargo, hasta el momento no se ha podido concretar una acción que cuide de este ecosistema único en el mundo.
“Requerimos más apoyo de Parques Nacionales. El Gobierno sabe de la importancia y singularidad de este sitio. El objetivo no es solo proteger la palma, sino, a partir de su conservación, también beneficiar un ecosistema clave para proteger muchas especies”, dice el director del Instituto Alexander von Humboldt, Alexander García.
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La propuesta para crear un área protegida tiene cuatro pilares: mantener los palmares de bosque como la única muestra que queda de estos ecosistemas en los Andes, mantener la integridad de las poblaciones de palma de cera, mejorar la conectividad regional y generar propuestas de uso sostenible, incluyentes de los actores locales, que promuevan la sostenibilidad y los modos de vida.
Es así como el científico y experto en palmas Rodrigo Bernal, espera que el Ministerio de Medio Ambiente logre proteger la zona.
“Tochecito es uno de los grandes tesoros ecológicos y tenemos una deuda con este lugar, por eso el Gobierno Nacional debe plantear una nueva normativa para que sea Tochecito sea un Santuario”, aseguró a Semena Sostenible.
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