En la primera década del siglo XXI, Fernando Trujillo y los investigadores de la Fundación Omacha quedaron perplejos por la biodiversidad que aparecía a borbotones de un pequeño rincón del departamento de Vichada, un sitio cerca del municipio de Puerto Carreño, bañado por las aguas carmelitas del río Orinoco.
El Instituto Humboldt, como entidad encargada de estudiar la biodiversidad del territorio continental de la Nación, ha sido uno de los aliados en la conservación de este tesoro del Vichada, donde los investigadores han dado marcha a varios estudios sobre los recursos naturales de la Orinoquia colombiana.
Bojonawi es un hervidero extremo de naturaleza. Aunque no representa ni siquiera el 1% del área total del Vichada, departamento con más de 10.5 millones de hectáreas, en los últimos 10 años se han registrado 1.455 especies de flora y fauna, algunas endémicas o desconocidas para la ciencia.
La reserva es la casa de 429 especies de plantas, 336 de invertebrados y 690 de vertebrados, ramillete que incluye uno de los grupos de animales más desconocidos en el país, las esponjas de agua dulce, además de tres posibles nuevos taxones de mariposas y seis tipos de peces que no se habían identificado en Colombia.
En sus terrenos fueron reportadas dos nuevas especies de reptiles: la tortuga matamata (Chelus orinocensis) y un reptil del género Amphisbaena que está en proceso de descripción. En cuanto a aves, los científicos confirmaron la presencia en el Vichada de tres especies.
Dos tipos de mamíferos característicos de las sabanas y ríos de la Guayana tienen presencia en Bojonawi: el armadillo sabanero (Dasypus sabanicola) y una subespecie de delfín rosado (Inia geoffrensis humboldtiana). Además, es uno de los sitios con mayor presencia de murciélagos poco conocidos en Colombia.
Por medio de análisis de ADN ambiental, técnica utilizada para detectar animales raros o crípticos, fueron identificadas 262 especies de peces y 15 de otros vertebrados, agregando tres nuevos reportes al inventario local: el guácharo (Steatornis caripensis), el murciélago, (Nyctinomops aurispinosus) y un roedor, (Makalata sp).
Los investigadores encontraron que las rocas del Escudo Guayanés, ubicadas a lo largo del río Orinoco en su paso por la reserva, presentan una alta riqueza de macroinvertebrados acuáticos, anfibios y reptiles, como la rana Leptodactylus lithonaetes y el lagarto Tropidurus hispidus.
En Bojonawi se llevó a cabo el primer trabajo o investigación en la Orinoquia colombiana sobre cómo los troncos sumergidos y la hojarasca influyen significativamente en la fisicoquímica de los ecosistemas acuáticos y el establecimiento de peces y camarones.
En estos sitios fueron reportadas 42 especies de peces y siete de camarones, “un ejercicio que nos permitió consolidar por primera vez el listado más completo de estos animales asociados a troncos sumergidos en la Orinoquia colombiana, además de confirmar la importancia de este hábitat como refugio de estas especies”, puntualiza Lasso.
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