Imagen: Gobernación de Cundinamarca
En el mundo existen ocho especies de osos, una de ella es el oso andino o de anteojos. Este mamífero tiene presencia en Colombia y gran parte de Suramérica, cubriendo un área aproximada de 260,000 kilómetros cuadrados.
Sin embargo, se ha catalogado como especie vulnerable a la extinción, según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Esta es quizá la especie más carismática de la fauna silvestre en Colombia y se considera como el guardián de los páramos, teniendo presencia en 22 de los 59 Parques Nacionales Naturales de Colombia.
En 2017 surgió un programa llamado Grow Colombia. Liderado por el instituto Earlham del Reino Unido, en compañía del Instituto Humboldt, la Universidad de los Andes, Colciencias, el Museo de Historia Natural de Londres y Bridge Colombia.
El objetivo de esta alianza es analizar la flora y la fauna que tiene en el país algún tipo de importancia para la conservación o la economía.
“A raíz de la firma del Acuerdo de Paz, se abre una colaboración internacional científica. Había interés en realizar un desarrollo basado en bioeconomía”, cuenta Mailyn González, directora de genética de la biodiversidad de la conservación e investigadora titular del Instituto Humboldt.
La fragmentación y pérdida de su hábitat natural, es una de las principales razones por las que el oso de anteojos podría desaparecer. Sin embargo, como resultado de la investigación de la alianza se estableció que la especie corre otro riesgo debido a la pérdida de su conectividad genética.
“Los individuos se ven en la necesidad de cruzarse con sus parientes cercanos por la escasez de ejemplares”, explica Juan Camilo Chacón, genetista del Museo de Historia Natural de Londres.
El principal objetivo del proyecto es conocer cómo está la especie, su estado genético, estudiar hasta qué punto la fragmentación que tiene el ecosistema en el que vive ha afectado a las poblaciones y si el aislamiento dejó una señal genética.
La responsabilidad de conservar esta especie no es solo de las autoridades y las familias campesinas. Si usted vive en una ciudad también puede contribuir. Si quiere conocer alguno de los páramos de Colombia, debe tener cuidado en sus visitas para preservar esta especie.
Además, puede apadrinar la siembra de un frailejón y así permitir que los osos de anteojos puedan continuar habitando estos ecosistemas.
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