Foto: Twitter @EdnaBonillaSeba
En la cárcel de mediana y máxima seguridad La Picota, ubicada en Bogotá, 77 condenados y sindicados por distintos delitos vistieron con orgullo el traje de graduados para recibir su certificado de bachiller académico del Colegio Distrital Cristóbal Colón.
Esta ceremonia de graduación marca un hito en el proceso de resocialización y reintegración de las personas privadas de la libertad.
Estos 77 graduados se suman a los 1.538 estudiantes que completaron sus estudios entre los años 2020 y 2023, gracias al trabajo conjunto entre la Secretaría de Educación de Bogotá y el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec). La iniciativa demuestra el compromiso de brindar oportunidades de educación y formación a aquellos que, en algún momento de sus vidas, cometieron errores.
El director de La Picota, Horacio Bustamante Reyes, destacó la importancia de la resocialización, la humanización y la dignificación de las personas privadas de la libertad como objetivo principal del Instituto. “Nuestro principal objetivo es transformar a aquellos seres humanos que en algún momento de sus vidas cometieron un error”, afirmó Bustamante Reyes.
El proceso educativo para estos graduados fue un camino arduo, pero lleno de esperanza y superación personal. Durante seis meses, participaron en ciclos lectivos especiales que consisten en clases presenciales de lunes a viernes, de 8 de la mañana a 12 del mediodía.
Fueron guiados por 13 profesores del Colegio Cristóbal Colón, quienes contaron con el apoyo de 28 monitores licenciados en Educación, también privados de la libertad.
La entrega de los diplomas fue un momento lleno de emoción y alegría. Cada graduado recibió su certificado, simbolizando el esfuerzo y el compromiso que han demostrado para completar su educación. Esta graduación no solo marca un logro personal para cada uno de ellos, sino que también es un paso hacia la reintegración en la sociedad y la construcción de un futuro mejor.
Este proyecto educativo en La Picota es un ejemplo inspirador de cómo la educación puede ser una poderosa herramienta de transformación y reinserción. Brinda a los reclusos la oportunidad de adquirir conocimientos, habilidades y valores que les ayudarán a construir una vida diferente una vez recuperen su libertad.
La graduación de estos nuevos bachilleres es un hito que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la educación en todos los ámbitos de la sociedad. Es un llamado a seguir trabajando juntos para construir un futuro en el que todos tengan acceso a una educación de calidad y a oportunidades de crecimiento y desarrollo personal.
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