En los últimos días se conmemoró el aniversario del primer viaje que hizo el hombre al espacio. En dicha travesía tres astronautas (Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr y Michael Collins) pisaron por primera vez la Luna.
Muchas personas tienen presente estos tres nombres que hicieron historia. Sin embargo, lo que pocas personas saben es que un científico colombiano aportó su granito de arena para que este acontecimiento se hiciera realidad.
Marco Antonio Quijano nació en 1933 en Sogamoso, Boyacá, lugar donde se enamoró del campo y de los cultivos de la región.
Su padre pudo formarlo académicamente debido a la venta de peras que tenía en ese momento, negocio que le brindó los recursos necesarios para poder enviarlo a estudiar a Suiza, lugar donde se profesionalizó en ingeniería química.
Cómo especialización se dedicó a la química cósmica, algo que era muy inusual en la época, lo que llevó a la Nasa a poner sus ojos en él para desarrollar diferentes estudios sobre la tierra lunar.
“Nosotros estábamos esperando que estos héroes trajeran de la luna pedazos de allá para analizarlos químicamente. Es cierto que el polvo lunar es muy abrasivo y ese polvo de los mares lunares es muy negro porque la luna no tiene atmósfera y el sol emite radiaciones que llevan átomos de carbono, y ese carbono durante millones de años se ha ido depositando en la capa lunar. Ese bombardeo de partículas solares es capaz de dejar pequeños orificios o que hace que ese polvo sea muy poroso”, explicó el químico colombiano, en entrevista con RCNRadio.
Después de haber estado en estos proyectos científicos Marco Antonio Quijano decidió darle un giro a su vida por completo y desde hace 37 años se dedica a impulsar la cultura del vino en Boyacá.
Creó el viñedo Marqués de Puntalarga, uno de los más reconocidos de todo el departamento y se ha convertido en un atractivo turístico de la región.
Esta fue una pasión que él tuvo siempre desde la infancia, debido a que muchas personas consideraban como imposible hacer vino en Boyacá, algo que lo impulsó para seguir adelante con su llamativo proyecto.
“Ahora cavilando, me doy cuenta que esta región tiene las mismas condiciones de lluvia y temperatura de la región de Borgonia, en Francia, donde se produce el más famoso vino de pino negro. Y el nuestro, también de pino negro, se ha vuelto un vino muy famoso”, dijo el reconocido productor de vino en aquella entrevista.
La primera botella de vino propia salió en el año de 1987, desde entonces, Marco Antonio Quijano dijo que no iba a producir esta bebida en cantidades industriales, sino que por el contrario, solo las personas que van hasta su viñedo pueden comprar un ejemplar de su cava.
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