El Mohán: un personaje icónico, guardián del río Magdalena, ¿era o no malo?
El tenebroso relato del Mohán ha acompañad a los tolimenses en una tradición eterna, el personaje más icónico de sus mitos.
Los tolimenses se erizan cada vez que alguien narra la historia del Mohán, un hombre corpulento, de larga cabellera, barbado y siempre con un tabaco en la mano, que aparecía cantando en el río Magdalena, más exactamente en el Puerto de la Caimanera ubicado en el Espinal.
Quienes aseguraron verlo en algún punto de la historia, mencionaron que era un indígena moreno, con dientes de oro y bastante acuerpado y, aunque su físico era imponente, su forma de ser dejaba mucho que desear: malvado, traicionero, risueño y amo de las aguas, fiel guardián de su amado río.
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— luisedCastro (@luis_ed_Castro) January 8, 2023
La leyenda dice que se aparecía el afluente cuando sentía la presencia de mujeres bonitas, quienes acostumbraban a bañarse en sus aguas o acudir a lavar la ropa de sus familias. El extraño hombre las cazaba, capturaba y arrastraba con él hasta las profundidades del río, con falsas promesas de eterna juventud o felicidad, para jamás volverse a ver.
Los pescadores aprendieron a tratarlo, y para que los dejara en paz le llevaban regalos como tabaco y licor; a cambio, el Mohán los premiaba con grandes pescas, abundancia y éxito.
¿No era tan malo?
La Radio Nacional de Colombia dialogó con Rodrigo Bermúdez, gestor cultural e historiador del Espinal, quien habló un poco de este personaje.
“El Mohán resguardaba mucho que no fueran a dañar el pescado pequeño. Cuentan que sus apariciones eran una forma de enviar un mensaje en defensa del río Magdalena, conocido también como Yuma (río amigo,) y en busca de su bella amada”, reveló el experto en cultura.
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En el Tolima, se trata de una figura tan significativa, que existen diversos parques nombrados en honor al Mohán, así como estatuas, festividades y productos con su nombre.
La madre monte, la pata sola, el guando, el pájaro silbador, la mula de rafles, la llorona y los tunjos, son otros de los mitos y leyendas de la tierra pijao, pero el máximo siempre será el Mohán.