Muchos de los niños siempre crecieron teniendo un balón de fútbol a su lado y soñando con algún día convertirse en uno de los más importantes jugadores del país y llegar a vestir la camiseta de la Selección Colombia.
Este no fue el caso específico de Santiago Arias, quien pese a tener en su papá una influencia en el fútbol, su inclinación deportiva estaba más ligada al taekwondo, práctica que siempre le gustó.
“Antes de entrar (al colegio), el fútbol no me interesaba para nada. Mi papá, Raúl, siempre fue un gran aficionado y soñaba con que yo fuera un futbolista, pues él había sido futbolista frustrado. Él pensaba: ‘Yo quería un hijo futbolista, pero este muchacho no lo va a ser’. Pero cuando entré al colegio, viendo a los otros niños, me empezó a gustar. En el Calasanz teníamos que hacer alguna actividad deportiva. Yo estuve a punto de irme por el taekwondo, pues me gustaban mucho las películas de karatecas, pero al final elegí el fútbol. Desde entonces no he dejado de jugar. Ese es mi primer recuerdo”, dijo el actual jugador de la Tricolor, durante una entrevista con la revista Bocas.
Fue precisamente en el colegio donde empezó a brotar su gusto por este deporte y empezó a sobresalir sobre los demás debido a sus increíbles condiciones técnicas.
Su mejora fue notable debido a que mientras entrenaba con el equipo de su institución educativa también practicaba atletismo, por lo cual desarrolló una gran velocidad que fue aplicando dentro del campo de juego.
Fruto de su nivel llegó a disputar el torneo Pony Fútbol, uno de los más importantes de toda Colombia y donde equipos profesionales acuden para fichar jugadores con gran proyección.
Mientras Santiago Arias estaba a punto de debutar como profesional en La Equidad, el defensor recibió la triste noticia de la muerte de su padre después de un tiroteo en el cual terminó afectado.
Este hecho forjó el carácter del actual jugador de la Selección Colombia, quien entendió que lo más importante en su vida era la familia y que todo lo que él pueda hacer dentro de un campo de juego va dirigido a la memoria de su papá.
Después de sus pasos exitosos por las ligas de Portugal, Holanda y España; el defensor antioqueño ha logrado forjar una familia hermosa en compañía de su esposa Karin Jiménez, quien lo ha acompañado en todo su camino como futbolista profesional.
El amor que el futbolista siente por su familia es incalculable, por eso, cada vez que salta a un terreno de juego siempre los tiene presentes y hace todo para que sus hijos se sientan orgullosos de su padre, así como Santiago se siente orgullo de ese ser que le dio la vida.
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