Así es el nuevo Banco de Semillas Agroecológicas en Bogotá: una reserva para el futuro
San Cristóbal, Bogotá, da la bienvenida al Noveno Banco de Semillas Agroecológicas.
San Cristóbal, una pintoresca localidad de Bogotá, celebra la apertura de su noveno banco de semillas agroecológicas en el idílico Parque Entrenubes. Este rincón de la ciudad, rodeado de majestuosos cerros y miradores panorámicos, se ha convertido en el escenario perfecto para preservar la diversidad de semillas y promover prácticas sostenibles de agricultura.
Con el liderazgo del Jardín Botánico de Bogotá y la colaboración de apasionados colectivos ambientales y agricultores urbanos locales, se ha llevado a cabo una admirable labor de conservación de semillas, especialmente nativas de variedades. El objetivo es mitigar los impactos de las adversidades climáticas y las malas prácticas agrícolas, al tiempo que se rinde homenaje a las ancestrales tradiciones agrícolas de la región.
El Parque Entrenubes ya alberga huertas comunitarias y familiares que fortalecen el trabajo en equipo. El Jardín Botánico ha brindado un apoyo constante mediante capacitaciones sobre el manejo del banco de semillas y el cultivo en huertas urbanas. Talleres prácticos, suministros y asistencia técnica son recursos que se han proporcionado para garantizar la sostenibilidad de este valioso proyecto.
El nuevo banco de semillas de la localidad de San Cristóbal desempeñará un papel fundamental como centro de custodia y punto de multiplicación de semillas nativas y criollas producidas de manera agroecológica. El banco alberga 21 especies diferentes, con un total de 48 variedades que incluyen maíces de colores, habas de colores, fríjoles de altura, tomates, cebada cervecera, entre otros.
Los beneficios clave de los Bancos Comunitarios de Semillas Agroecológicas del Jardín Botánico de Bogotá:
- Las semillas ancestrales garantizan la armonía en la coexistencia de diferentes cultivos locales, preservando la soberanía alimentaria.
- La recuperación de cultivos posteriores a desastres naturales se vuelve posible al rescatar, conservar, evaluar y multiplicar las semillas criollas.
- Se fomenta el intercambio de semillas entre agricultores, especialmente aquellos en riesgo de extinción.
- El mejoramiento participativo en los cultivos se convierte en una realidad.
- Se distribuyen semillas a la comunidad, asegurando la seguridad alimentaria de la población.
- Los beneficios sociales se centran en la conservación de semillas para garantizar la supervivencia de especies.
Estas semillas, provenientes de cultivos agroecológicos que respetan su ciclo de vida natural, desarrollan una resistencia única a las condiciones climáticas y agrícolas adversas. Los bancos de semillas juegan un papel crucial en la disponibilidad de recursos para la restauración de cultivos en situaciones de desastres naturales, fortaleciendo la seguridad alimentaria y preservando la diversidad agrícola de la región.