
Tren de la Sabana: precios, horarios y cómo comprar los tiquetes para este plan turístico
Si está buscando un plan diferente para el fin de semana en Bogotá o Cundinamarca, el Tren de la Sabana es una experiencia imperdible. Este recorrido turístico, disponible los sábados, domingos y festivos, conecta la historia del ferrocarril colombiano con paisajes naturales inolvidables y una visita a la emblemática Catedral de Sal de Zipaquirá.
¿Dónde inicia el recorrido y cuáles son las paradas?
El trayecto comienza en la tradicional Estación de La Sabana, ubicada en la Calle 13 con carrera 18 en el centro de Bogotá. También puede abordarse en la Estación de Usaquén (Avenida 9 No. 110–08), donde el tren parte a las 9:15 a.m. y llega a Zipaquirá a las 10:45 a.m.
El regreso está programado para las 3:15 p.m. y finaliza entre las 4:45 p.m. y las 5:15 p.m., dependiendo del punto de descenso.
Tarifas y horarios
Turistren, empresa encargada de la operación, ofrece los siguientes precios para el recorrido de ida y vuelta:
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Adultos (13 a 59 años): $85.000 COP
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Adulto mayor y niños (3 a 12 años): $80.000 COP
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Niños menores de 3 años: Gratis
Importante: El tiquete no incluye la entrada a la Catedral de Sal, pero puede comprarse directamente en la mina o dentro del tren.
¿Dónde comprar los tiquetes?
Tiene dos opciones:
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En línea, a través de Tuboleta, con recargos por servicio ($6.000 COP) y localización ($8.000 COP).
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En las estaciones de La Sabana o Usaquén, directamente con Turistren.
Horarios de atención en la estación de Usaquén:
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Lunes a miércoles: 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
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Jueves a viernes: 8:00 a.m. a 5:30 p.m.
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Sábados y domingos antes de festivos: 7:30 a.m. a 5:30 p.m.
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Domingos y festivos: 7:30 a.m. a 9:15 a.m.
Tenga en cuenta que no se permite el ingreso de mascotas al tren.
Una joya arquitectónica con historia
La Estación de La Sabana, inaugurada en 1927, es una obra del ingeniero inglés William Lidstone y un símbolo del auge ferroviario de Colombia. Declarada Monumento Nacional en 1984, esta estación refleja la historia del país y se ha transformado en un punto clave del turismo cultural bogotano.