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El origen de la dieta vegetal: un salto en la evolución humana
Hace 780.000 años, los homínidos ya recolectaban y procesaban alimentos vegetales con herramientas de piedra, revelando habilidades cognitivas avanzadas.
Un reciente estudio ha puesto en evidencia que los homínidos del Pleistoceno medio temprano, hace aproximadamente 780.000 años, no solo consumían carne, sino que también desarrollaron técnicas para recolectar y procesar alimentos vegetales ricos en almidón, utilizando herramientas de piedra como martillos y yunques.
El análisis, llevado a cabo en el yacimiento prehistórico de Gesher Benot Ya’Aqov en Israel, identificó más de 650 granos de almidón incrustados en ocho herramientas de basalto. Estos restos correspondían a alimentos como bellotas, castañas de agua, rizomas de nenúfar amarillo, granos de hierba y semillas de leguminosas, provenientes de diversos hábitats, desde áreas lacustres hasta zonas montañosas más alejadas.
Procesamiento de alimentos: una habilidad que marcó la diferencia
El uso de herramientas para procesar plantas indica que estos homínidos eran capaces de planificar y aplicar técnicas avanzadas para transformar los alimentos en opciones más fáciles de consumir. Este comportamiento sugiere un amplio conocimiento del entorno natural y una capacidad para seleccionar plantas según su valor nutricional.
Además, los alimentos vegetales, especialmente aquellos ricos en hidratos de carbono, desempeñaron un papel crucial en la dieta de estos primeros humanos, proporcionando energía esencial para su supervivencia y desarrollo.
Más allá de la carne: una nueva perspectiva sobre la evolución humana
Tradicionalmente, los estudios arqueológicos han priorizado el consumo de carne como motor de la evolución humana, pero este hallazgo pone en primer plano la importancia de las plantas. Según los investigadores, este procesamiento de alimentos refleja las avanzadas capacidades cognitivas de nuestros antepasados, quienes no solo recolectaban plantas en un radio amplio, sino que también empleaban herramientas para su preparación.
En conclusión, este descubrimiento en Gesher Benot Ya’Aqov no solo amplía nuestra comprensión de la dieta de los homínidos del Pleistoceno, sino que también resalta la relevancia de las plantas como un pilar fundamental en el desarrollo de las habilidades humanas.