Los ciclistas colombianos se caen pero no se rinden ¡Por eso están entre los mejores!
Dicen que pedalista que no se ha caído no se considera un profesional.
El incidente de Miguel Ángel López a 6 km de la etapa 20 del Giro Italia revivió la polémica sobre la protección que deben tener los ciclistas en las pistas, pero también reafirmó que los ‘escarabajos’ no se doblegan ante las adversidades.
“Nos merecemos más respeto”
Es el argumento de López sobre el mal rato que pasó cuando un aficionado lo hizo caer en la penúltima etapa del Giro de Italia 2019, y aunque la reacción del colombiano no fue la mejor, supo como todo un caballero reconocer su error ante todos. “Nada. Me tiró al piso. Eso requiere de más respeto hacia los corredores. Lo siento. Fue un momento de pura adrenalina y ha pasado así”, comentó ‘Supermán’. La etapa terminó con el colombiano en la sexta posición de la general y el ecuatoriano Richard Carapaz como campeón virtual.
Imagen del día: Miguel Ángel López y Richard Carapaz comparten antes del inicio de la 18° etapa del Giro de Italia. #Giro pic.twitter.com/nCROyEKytp
— Ciclismo Colombiano (@ColCiclismo) 30 de mayo de 2019
¿Faltan barreras de protección?
En varias ocasiones se ha mencionado sobre la necesidad de ubicar barreras de seguridad que separen a los ciclistas de los aficionados, sin embargo, es algo muy difícil de implementar porque según los organizadores de estos eventos, solo se podría por tramos debido a la gran cantidad de kilómetros que tiene una etapa. “Hay mucha inseguridad. Ha pasado muchas veces en el Giro, en el Tour, nos merecemos más respeto. Entiendo que hay emoción, pero venimos de hacer grandes esfuerzos, y que vengan y te tiren, pues…. ¿Qué tal una fractura y te vas a la casa en esa condición?” fue otra de las declaraciones de López.
Esto es lo que se quiere evitar
El colombiano Mauricio Soler en la Vuelta a Suiza 2011, exactamente en la sexta etapa, perdió el control y terminó golpeándose fuertemente contra un poste. Aunque no fue una caída ocasionada por un aficionado, desató el debate de las barreras de contención para amortiguar golpes y separar objetos y personas que puedan poner en riesgo la vida de los deportistas. Soler quedó en coma, se despertó 22 días después debido a un “traumatismo craneoencefálico serio” y varias fracturas. Su recuperación fue lenta y no pudo volver a competir.