Santander se suma a la lucha por la reducción del plástico con la fabricación de ladrillos ecológicos
Los investigadores se enfocaron en el sector de la construcción y en la eliminación de materiales no renovables en las zonas más pobres de este departamento.
No es la primera vez que en Santander se busca reutilizar el plástico, uno de los materiales que tarda más años en descomponerse.
César Iván Gómez Ospino, estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad Industrial de Santander (UDES), y Heidy Catalina León Gómez, directora de proyectos del programa de Ingeniería Civil de la UDES, crearon un prototipo de un ladrillo a base de material plástico.
La idea de este proyecto es reutilizar materiales plásticos como una alternativa para que el sector de la construcción pueda ser más eficiente. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido precursora de la generación de proyectos quesean sostenible para ayudar al planeta y salvarlo del calentamiento global. Por eso, los científicos de la UDES le apostaron a un cambio que puede salvar al medioambiente.
Los ladrillos que generan un cambio
Los bloques utilizados en construcción están elaborados de cemento y arcilla, y tienen un peso aproximado de 2.200 gramos. Los investigadores del semillero decidieron elaborar un material para que los ladrillos fueran amigables con el planeta. Con los desechos de plásticos de un solo uso como: bolsas, empaques de comida y botellas de plástico, inició el proceso.
Primero se reciclaron varias toneladas que fueron seleccionadas, limpiadas y secadas para eliminar su contaminación. Después de triturar el material, se introduce a una forja a 400 y 500 grados donde es moldeado. Al finalizar el proceso, se recolecta un ladrillo con un peso de 928 gramos.
Una alternativa para reducir la contaminación
Aprovechando los residuos plásticos se logra disminuir las emisiones de dióxido de carbono (CO2), el principal gas causante del calentamiento global. Por ejemplo: los investigadores manifestaron que la producción del elemento se redujo en un 50%, un ladrillo normal cuesta $800. Al igual, disminuyeron las emisiones del CO2.
“Un ladrillo puede pesar 2.200 gramos y los nuestros, con la misma especificación, tiene un peso de 928 gramos, aproximadamente una reducción del 152%. Estamos haciendo pruebas de resistencia y casi duplica al convencional”, afirmó la directora del Semillero de Investigación en Recursos Energéticos de la UDES a El Espectador.
Esta es la primera fase del proyecto. En la segunda etapa, los investigadores quieren enfocarse en la durabilidad del material pues es un factor que desconocen.
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