El Tribunal Superior de Bogotá ha reconocido a un perro como un miembro legítimo de una familia. Esta decisión marcó un hito en la relación entre los seres humanos y sus fieles compañeros caninos, enfocándose en el caso de ‘Simona’, una adorada mascota en medio de un conflicto de competencia entre dos juzgados.
El caso comenzó con Jader Castaño, quien, tras su separación de Lina Ochoa, su pareja, buscaba un acuerdo para visitar a ‘Simona’, la perra que considera como su ‘hija’. Castaño presentó una demanda contra su exesposa con el objetivo de establecer un régimen de visitas para estar con su amada Simona, ya que no podía verla regularmente desde su separación. El conflicto surgió cuando los Juzgados Tercero de Familia y Veintisiete Civil del Circuito de Bogotá se disputaron la competencia para resolver el caso. Inicialmente, el Juzgado Tercero de Familia argumentó que no tenía la competencia para evaluar el asunto, alegando que no estaba contemplado en su ámbito de conocimiento según el Código General del Proceso.
La demanda fue posteriormente asignada al Juzgado 27 Civil del Circuito de Bogotá, que inicialmente la rechazó. Sin embargo, tras la corrección de defectos en la demanda por parte de Castaño, este juzgado precisó que el caso era competencia de los jueces de familia debido a que “los animales son sujetos de derecho y su bienestar puede verse afectado por la separación de la pareja, ya que ahora son parte de la familia”. La cuestión de si los seres sintientes deben considerarse como parte de la familia y quién debe regular las visitas de las mascotas después de una separación se convirtió en un tema de debate. Finalmente, el Tribunal Superior de Bogotá intervino para resolver la disputa y determinar qué juzgado era competente para atender la demanda de Castaño.
La decisión del Tribunal Superior se basó en cambios significativos en la percepción de los animales a lo largo de los años. En el pasado, los animales se consideraban cosas muebles en Colombia y podían ser tratados a discreción. Sin embargo, las normativas internacionales y nacionales cambiaron para reconocer los derechos y el bienestar de los animales, considerándolos seres sintientes. El Tribunal Superior también enfatizó que la concepción de la familia ha evolucionado con el tiempo y se ha vuelto más diversa. La noción de una familia multiespecie, que incluye a los animales domésticos como miembros esenciales de la familia, ha ganado importancia en la sociedad actual. Por lo tanto, la protección constitucional se extiende a diversos tipos de familias.
La decisión final del Tribunal Superior reconoció a ‘Simona’ como parte del núcleo familiar de Castaño y Ochoa. El bienestar de Simona y de otros miembros de la familia multiespecie debe ser protegido, y la regulación de visitas se convierte en un asunto importante a considerar.
Si bien, esta decisión representa un avance en la consideración de los animales como miembros de la familia, el Tribunal Superior también dejó en claro que ciertas facultades exclusivas de la especie humana no se pueden extender a los animales. A pesar de esto, la decisión sienta un precedente importante en la protección de los derechos de los animales y su lugar en las familias modernas.
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