Todo lo que debes saber del glaucoma, una enfermedad silenciosa
En el mundo de la salud visual, el glaucoma se conoce como una enfermedad silenciosa que amenaza la visión de millones de personas.
Esto debido a que su sintomatología, puede pasar desapercibida hasta etapas avanzadas. Por eso, desde la Fundación Oftalmológica Nacional, se busca la concientización de esta enfermedad durante el mes mundial del glaucoma.
A continuación los expertos de la fundación brindan unos consejos básicos, los cuales son clave para la prevención y el manejo efectivo de esta enfermedad.
Más allá de la presión intraocular
El glaucoma no se limita a la presión intraocular elevada; es una enfermedad compleja que afecta el nervio óptico y existen varios tipos, pero los dos principales son: El glaucoma de ángulo abierto, el cual es el más común y el glaucoma de ángulo cerrado.
El glaucoma de ángulo abierto se caracteriza generalmente por un aumento de la presión intraocular que puede afectar al nervio óptico. La mayoría de las veces no presenta síntomas evidentes en las etapas iniciales.
El segundo tipo es el glaucoma de ángulo cerrado, el cual es menos frecuente pero con síntomas más agudos. En este tipo de glaucoma, la obstrucción súbita del drenaje del líquido intraocular eleva la presión de manera rápida y puede causar síntomas abruptos como dolor ocular, náuseas y visión borrosa.
Estos son los dos tipos principales, pero también existen variantes menos comunes como el glaucoma congénito y el glaucoma secundario a otras condiciones oculares.
Factores de riesgo
El glaucoma es una enfermedad ocular que puede afectar a cualquier persona, pero algunos factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollarla, como ser mayor de 50 años. Además, aquellos con antecedentes familiares de glaucoma también son más propensos a desarrollar la enfermedad, lo que sugiere una predisposición genética. Otros factores de riesgo incluyen la presión intraocular elevada, miopía severa, la raza, lesiones oculares y la diabetes mellitus.
Síntomas y diagnóstico
El glaucoma es una enfermedad ocular asintomática en sus primeras etapas, lo que hace que sea imperceptible para la persona afectada. Sin embargo, a medida que avanza, puede generar síntomas que requieren atención médica. Uno de los principales síntomas es la pérdida gradual de la visión periférica. A medida que progresa la enfermedad, se pueden experimentar dificultades para ver objetos en los lados o en el campo de visión periférica. Además, algunas personas pueden experimentar dolor ocular intenso, enrojecimiento, visión borrosa y halos alrededor de las luces. Es crucial tener en cuenta que, una vez que se manifiestan los síntomas, el daño ocular causado por el glaucoma suele ser irreversible. Por lo tanto, la detección temprana a través de exámenes oftalmológicos regulares es fundamental para prevenir la pérdida de visión significativa.
Tratamientos y estrategias de manejo
El tratamiento y manejo del glaucoma se centran en reducir la presión intraocular para prevenir o frenar el daño al nervio óptico. Los principales enfoques incluyen medicamentos, como los colirios que reducen la presión intraocular al facilitar el drenaje del líquido o reducir la producción de este.
En casos más avanzados o cuando los medicamentos no son suficientes, pueden considerarse procedimientos quirúrgicos para ayudar a mejorar el drenaje del líquido intraocular y reducir la presión.
Es fundamental que las personas diagnosticadas con glaucoma sigan un plan de manejo personalizado establecido por su oftalmólogo y asistan a revisiones regulares para evaluar la progresión de la enfermedad y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Cuida tus ojos
Compartir información sobre el glaucoma, fomentar revisiones oculares regulares y apoyar la investigación son pasos cruciales para enfrentar esta condición y proteger la visión de las generaciones futuras.
El glaucoma es una realidad que merece nuestra atención, por eso son importantes estas campañas de concientización, no solo del glaucoma, sino también para tomar medidas proactivas para preservar la salud ocular a lo largo del tiempo.