El ángel que rescata a los perros de razas ‘peligrosos’ de las calles ¡Una obra de admirar!
Un joven colombiano dedica su vida a caminar por Bogotá buscando esta clase de animales que son abandonados o maltratados por sus dueños.
Luis Santos es un bogotano de 25 años que ha dedicado los últimos seis años de su vida a encontrar a perros abandonados que son considerados como peligrosos en la sociedad para darles una mejor calidad de vida.
“Yo decidí meterme en este cuento después de que vi cómo maltrataban a un Pitbull, le querían cortar la cabeza. Yo no lo permití, y desde ese día decidí emprender una lucha por estos animales”, aseguró Luis Santos, en entrevista con el Canal Capital.
Entre los perros que más recoge están los Pitbull, que son estigmatizados por ser los más peligrosos de todo el mundo.
Es precisamente una mascota de esta raza el último en ser recogido de las calles, el cual se encontraba en mal estado, lastimado en un ojo y amarrado en un parque.
Otros perros recogidos
Aunque muchas personas no lo crean estas razas consideradas ‘peligrosas’ son abandonadas o utilizadas para peleas clandestinas con mucha regularidad, siendo este el principal motivo por el cual Luis se dedica a esta labor social.
“Hace más o menos un año y medio nos reportaron que en el barrio México, en la localidad de Tunjuelito, había un perro de pelea que tenía las mejillas totalmente desprendidas. El animalito duró mes y medio hospitalizado”, dijo el joven de 25 años en esta entrevista.
¿Cuántos perros tiene bajo su custodia?
En total ya son 14 los animales que él tiene en su refugio. Sin embargo, durante todos estos seis años ha recuperado a más de 500 mascotas, las cuales sufrieron cualquier tipo de maltratos tanto físicos como mental.
“A mí me gusta rescatar perros pitbull porque la gente los tiene en un muy mal concepto, nadie se fija en ellos, no los quieren, y no ven que en realidad es una raza muy explotada, que la utilizan para peleas”, comentó Luis.
La parte más difícil de su labor
Este trabajo tiene muchas dificultades, pero sin duda lo más complicado es tener que despedirse de los perros cuando ya son adoptados por otras personas.
“Lo más duro del trabajo es separarme de ellos cuando los doy en adopción, sufren ellos y sufro yo porque se crea un vínculo, pero sé que no puedo tenerlos por mucho tiempo porque no cuento con el espacio ni con la plata”, finalizó este héroe de las calles bogotanas.
Actos como estos muestran que en Colombia existen personas que se preocupan por el bienestar de los animales, ayudando a crear conciencia sobre la importancia que tienen ellos dentro de la sociedad.
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