Selección Colombia femenina de tchoukball clasificó a mundial, pero no tienen cómo ir
El grupo femenino pide ayuda para recaudar fondos y viajar a la República Checa.
“Hay talento, solo falta apoyarlo”, es la frase que describe la situación que atraviesan las mujeres que conforman la Selección Colombia de tchukball Forza Femenina, el llamado deporte de la paz.
¿Por qué ‘de la paz’? Por una sencilla razón que lo diferencia de todos los demás deportes: no hay contacto físico. Exacto. El fútbol, baloncesto, incluso el voleibol, obligan a los jugadores a encontrarse físicamente, lo que causa malestares, peleas y dolor. Pero aquí, eso no existe.
“Es el deporte de la paz porque no tiene contacto físico entre los jugadores y se maneja con mucho respeto. Nunca se va a ver que un jugador le grite a un juez o que alegue alguna acción que el juez pite”, explicó a EL TIEMPO, Rosario Robles, jugadora y entrenadora de la selección colombiana femenina de tchoukball.
Por ahora, este deporte poco conocido, se perfila como el futuro de la región, ya que cada vez se impone con más fuerza, teniendo en cuenta que la selección ha participado ya en cinco Panamericanos siendo campeonas en Colombia, 2014 y subcampeonas en otra México, 2016. (J Balvin apoya el deporte patrocinando la camiseta de la Selección Colombia de Baloncesto)
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Buscan apoyo para ir al mundial
Ahora, el reto es otro. Conseguir ir al Mundial de República Checa 2023, gracias a su destacada participación en Brasil. Sin embargo, no cuentan con los recursos económicos necesarios para el viaje.
Hasta ahora, han hecho eventos benéficos, han salido por las calles a pedir colaboración, con la esperanza de reunir los 120 millones que necesitan para los gastos más básicos, pero aún están lejos de la meta.
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Sobre el tchouckball, “es un deporte que integra parte del balonmano, del voleibol y de un deporte que se llama la pelota vasca, que es parecido al squash. Por ejemplo, en la defensa, que uno se arrodilla, es un poco parecido al voleibol y el lanzamiento es similar al de balonmano”, afirmó Lizceth Guerrero, practicante de tchoukball desde hace 14 años y parte de la selección Colombia, también para El Tiempo.
La idea nació pensando en un deporte en el que no hubiera contacto ni lesiones.