Emprendedores del Sena hacen madera ecológica usando desechos plásticos ¡Construyen parques infantiles!
Con este emprendimiento logran potenciar el trabajo de las cooperativas de recicladores, dignificando y mostrando el valor de su actividad.
Más de 1.200 toneladas de desechos plásticos son arrojados mensualmente a la basura en Neiva, capital del Huila, residuos que están causando una grave afectación al medio ambiente. Sin embargo, una pareja de emprendedores huilenses están liderando un innovador proyecto que mitiga el impacto ambiental que genera este tipo de basura.
Se trata del emprendimiento ‘Madera Plástica de Colombia’, que fue creada por Alejandra Salazar Campos y su esposo Diego Rodríguez, quienes transforman los desechos plásticos en madera ecológica, insumo con el que fabrican parques infantiles, pupitres, quioscos, estanterías y todo tipo de mobiliario.
“Sabíamos que el tema de residuos estaba afectando muchísimo y se estaba trabajando poco, además veíamos en el plástico no un problema, sino un muy buen producto con una vida útil tan extensa, que valía la pena impulsar un proyecto para el aprovechamiento de este material; así que lo que hicimos fue apoyarnos con el SENA y hoy tenemos una empresa organizada que brinda sus productos, genera empleo y contribuye al desarrollo de la región”, expresó Alejandra Salazar en entrevista con el Sena.
Clasificación de residuos una de sus mayores tareas
Con este proyecto, estos emprendedores recorren colegios, barrios y establecimientos comerciales promocionando una campaña ambiental en la que no solo hablan de esta iniciativa de negocio, sino que enseñan cómo y para qué clasificar los elementos reciclables de la basura.
“Hemos creado parques infantiles, estanterías, cercamientos y hasta aulas escolares modulares que se pueden llevar con gran facilidad a zonas muy apartadas”, contó Rodríguez a Revista Dinero.
(Colombianas crean telas en algodón y poliéster elaboradas con botellas de plástico)
Con una planta propia, la empresa fabrica madera plástica
Actualmente, la compañía tiene una planta propia en Neiva que tiene la capacidad de transformar unas 2 toneladas diarias de residuos plásticos, estos son llevados a una bodega donde se esterilizan y se trituran. Se separan el polipropileno, el polietileno y los laminados. Por último, el plástico se aglutina, se calienta a altas temperaturas y se vierte sobre unos moldes.
“La idea es que la gente en sus casas, recicle tapas, envases, juguetes y otros elementos plásticos que normalmente botan a la basura para que con ese mismo material se construya lo que la comunidad necesite, una escuela, un colegio, una caseta comunal, una capilla, todo lo que esté dentro de la imaginación”, señaló Alejandra.
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