Liberan a 11 especies de cocodrilo en peligro de extinción en el Parque Nacional Natural El Tuparro
Casi doce meses después de la liberación de 14 ejemplares de Crocodylus intermedius en el río Tomo del Parque Nacional Natural El Tuparro, ubicado en Vichada, el pasado mes de abril, el esfuerzo continúa con éxito.
La misión se completa con la reintegración de 11 ejemplares más al hábitat natural, sumando un total de 20 hembras y 5 machos que ahora disfrutan de su vida en los Llanos Orientales.
El caimán llanero o cocodrilo del Orinoco es una especie autóctona de Colombia que, desde 1984, ha sido clasificada como “En Peligro Crítico de Extinción”. Esta designación fue reafirmada por Colombia mediante la Resolución 676 del 21 de julio de 1997, emitida por el entonces Ministerio del Medio Ambiente. Para ese momento, la especie había sido diezmada por la caza indiscriminada durante las décadas de 1930 a 1950, principalmente para la exportación de sus pieles.
Este imponente reptil, considerado el mayor depredador de América Latina, puede alcanzar una longitud de hasta 7 metros y es notable por ser la única especie cuya distribución se limita a una sola cuenca hidrográfica: la del río Orinoco.
Con el objetivo de preservar la especie, la Estación de Biología Tropical Roberto Franco de la Universidad Nacional de Colombia en Villavicencio ha estado llevando a cabo el proyecto “Salvavidas” durante más de una década. Esta iniciativa busca reintroducir especímenes en su entorno natural, en colaboración con Parques Nacionales Naturales y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
“Los individuos liberados tienen entre 13 y 15 años de edad, nacieron en cautiverio y fueron criados y protegidos en la Estación Roberto Franco”, explica el profesor Carlos Moreno de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la UNAL Sede Bogotá, quien también es el actual director de la Estación de Biología Tropical Roberto Franco. Después de años de planificación, estudios de ADN para determinar su hábitat ideal y análisis de su comportamiento, se determinó que estaban listos para ser liberados.
El proyecto cuenta con el apoyo de diversas entidades como WCS Colombia, el Ejército Nacional, la Fuerza Aérea, la Defensa Civil de Colombia y el Parque Merecure.
De los 8 ejemplares hembras y 3 machos liberados en esta ocasión, a 5 se les ha equipado con transmisores satelitales para monitorear su estado y comportamiento en tiempo real. “En los monitoreos previos de los cocodrilos liberados se observó que su desplazamiento no supera los 40 km, lo que sugiere que se adaptan bien a esta área”, añade Moreno.
La reintegración de estos cocodrilos no solo beneficia al ecosistema, sino también a las comunidades locales. Willinton Martínez Barreto, ingeniero ambiental y administrador de la UNAL, destaca la importancia de estos reptiles como reguladores de otras poblaciones en la cadena trófica y su papel en el mantenimiento de las cuencas hidrográficas.
A pesar de los posibles temores que pueda generar la presencia de estos depredadores, especialmente entre las comunidades locales, es importante destacar que ahora se encuentran en áreas protegidas donde no suelen estar en contacto con humanos, lo que ofrece beneficios directos para la comunidad.
La educación juega un papel fundamental en la conservación de esta especie y en la superación del miedo hacia ella. La integración del turismo sostenible y la participación de los niños en actividades educativas promueven el conocimiento sobre la biodiversidad y generan un sentido de responsabilidad y protección hacia estas especies amenazadas.
En resumen, la colaboración entre la comunidad, las instituciones educativas y las autoridades gubernamentales es esencial para garantizar un futuro más prometedor para el cocodrilo del Orinoco y para el medio ambiente en general en Colombia.