La iniciativa para cambiar el plástico por hojas de plátano en las plazas de mercado en Colombia
Boyacá es uno de los departamentos en los que se prohibió el uso del plástico de un solo uso.
En los últimos años, varias ciudades colombianas han tomado la decisión de prohibir el uso de plásticos de un solo uso con el fin de ayudar al medioambiente. Actualmente, en el país se producen cerca de 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año, y solo se recicla el 17% según Greenpeace.
Debido a esta cifra, han surgido iniciativas para frenar la contaminación entre ellas la prohibición del plástico en lugares turísticos como San Andrés y el no uso de plástico en departamentos como Boyacá y Antioquia.
Fue precisamente en Boyacá que Hugo Rosas Romero inició su proyecto de cambiar las envolturas de plástico de frutas y verduras en las plazas de mercado de Tunja por hojas de plátano.
Un empaque tradicional que conquista a más personas
Boyacá ha liderado diferentes iniciativas para reducir el plástico y evitar las bolsas, reemplazarlas por canastos a la hora de mercar. Aunque en supermercados y almacenes de cadena los productos alimenticios están empacados en plástico, Rosas Romero espera cambiar este paradigma y que las envolturas fabricadas con hojas de plátano se utilicen más.
Este año, el plan piloto inició en la plaza de Abastos de Tunja, que fue bien acogido y así se empezó a frenar el consumo excesivo de plástico.
Un movimiento para decirle no al plástico de un solo uso
Los pitillos, cubiertos e icopor son algunos de los principales causantes de la contaminación en diferentes zonas del país. Por eso, Hugo Rosas Romero creó la campaña ‘Súmate’ junto a un grupo de jóvenes, para concientizar a los boyacenses para crear acciones y ofrecer a la comunidad alternativas a dichos materiales.
Lograr cambios en las futuras generaciones
Uno de las fechas más esperadas por los niños del país es Halloween, un espacio en el que se disfrazan de sus personajes favoritos y salen a pedir dulces. Aunque tradicionalmente se utilizan recipientes en forma de calabaza elaborados de plástico, Hugo Rosas decidió regalarle a los niños canastos de mimbre para que en él depositaran los dulces que recogieran durante esa noche. De esta manera, los niños entenderían la importancia de recuperar la cultura del canasto y el daño que causa el plástico al medioambiente.
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